Médicos mexicanos pondrán a prueba vacuna contra recurrencia del cáncer
La nueva terapia radica en "entrenar al sistema inmunológico para reconocer y eliminar a la célula cancerosa que haya quedado" de un tratamiento convencional.
Un grupo de médicos mexicanos se apresta a someter a pruebas clínicas un tratamiento contra la recurrencia de diversos tipos de cáncer mediante la estimulación del sistema inmunológico, que podría ser aprobado en 2017 después de alentadoras pruebas con animales y un estudio piloto en humanos.
La nueva terapia radica en "entrenar al sistema inmunológico para reconocer y eliminar a la célula cancerosa que haya quedado" de un tratamiento convencional, dijo el doctor Juan Pablo Márquez Manríquez, del Centro Internacional del Cáncer en Sonora (CICS), quien encabeza el grupo.
Si bien se le denomina vacuna, el también investigador en la División de Oncología de la Universidad de Washington en Seattle (EEUU) explicó que en realidad "son varias vacunas que vienen juntas, como un cóctel, diseñadas específicamente para combatir varias neoplasias (tumores) simultáneamente".
Desde principios de la década del 2000, el grupo sintetizó cuatro péptidos (moléculas formadas por la unión de aminoácidos) con la capacidad para inducir una respuesta inmune contra células tumorales.
Primero los probaron en ratones genéticamente modificados para desarrollar cáncer en cierto tiempo. "A los animales a los que les pusimos la vacuna, tanto individual como en cóctel, nunca desarrollaron cáncer de colon, de páncreas o de ovario", abundó.
"En 2006 hicimos un estudio piloto en Sonora con 25 pacientes de (cáncer de) ovario, 25 de colon, 25 de mieloma múltiple y 25 de mama. Incluimos cuatro pacientes de páncreas porque no había muchos en esos momentos", señaló el especialista.
Añadió que a la fecha sólo ha muerto una paciente, y fue por un problema cardiaco no relacionado en 2014.
De acuerdo con Márquez, los estudios revelaron además que la vacuna no produce autoinmunidad ni toxicidad.
El siguiente paso lo constituyen las pruebas clínicas, que se iniciarán en cuanto la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) apruebe el protocolo, en enero o febrero de 2016.
Tales pruebas normalmente se realizan en tres fases para determinar la seguridad y la eficacia del tratamiento, con números de pacientes que van de algunas decenas en la etapa inicial a varios miles en la final.
"En nuestro caso van a ser la fase uno y la fase dos juntas porque como ya hubo un protocolo piloto, y fue positivo, nos permiten juntar dos fases e ir más rápido", dijo el investigador.
Las pruebas se realizarán en la Ciudad de México, Ciudad Obregón (Sonora) y probablemente Tijuana (Baja California), en coordinación con el Instituto Nacional de Cancerología, "que es la máxima institución en México y Latinoamérica en cáncer", agregó.
El estudio se va a efectuar con algunos de los tipos de tumores más recurrentes, como son los de ovario, mama, mieloma y colon, para obtener resultados en poco tiempo, dijo el doctor, y señaló que "son tumores que recurren tan rápido como tres meses o seis meses, aunque el paciente esté libre de enfermedad".
Inicialmente se aplicará la vacuna a individuos que terminen exitosamente su tratamiento para esos tumores y, si en un año no les reaparece el cáncer, se pasará a la fase tres, donde ya se incluyen muchos más pacientes y que tarda unos dos o tres años.
"Creemos que si todo sale bien la vacuna estará aprobada en México y Estados Unidos en 2017 o 2018, por más tardar 2019", expuso el investigador, y añadió que este tratamiento "ha dado mucha esperanza a muchos pacientes con ese tipo de tumores".
Sin embargo, advirtió en contra de las expectativas poco realistas sobre este tratamiento: "Es una irrealidad decir que una vacuna va a curar el cáncer; para nada. Ahora podemos decir, y hasta los siguientes 100 años, que es una irrealidad decir que el cáncer se va a curar".
Destacó que se trata del primer tratamiento desarrollado por mexicanos, todos médicos oncólogos y hemato-oncólogos basados en Ciudad Obregón (CICS), con la colaboración de la doctora Nora Disis de la Universidad de Washington, y probado en el país.
"Queremos que las pruebas sean en México no porque sea más fácil. Las regulaciones son las mismas que en Estados Unidos. Nosotros queremos sentirnos orgullosos de que sea de México para el mundo, que la gente comprenda que los mexicanos tenemos la capacidad de crear y no solamente ser seguidores", enfatizó el experto.
Si se logra que esté disponible para la población, apuntó: "Implica que vamos a tener menos recurrencias, menos hospitales llenos de pacientes con tumores recurrentes y menos cuidados paliativos, que el paciente tenga menos dolor o tenga una vida o una muerte más tranquila".
"Eso es lo más relevante, que va a haber menos dolor", puntualizó.
EFE